Cdad. Bs As., Buenos Aires, Argentina
Paciente estudiante o inquieto, músico en progreso o en decadencia, escritor amateur o poco profesional, mujeres en receso o en recreo

28 septiembre 2006

Rima IX

"Besa el aura que gime blandamente
las leves ondas que jugando riza;
el sol besa a la nube en Occidente
y de púrpura y oro la matiza;
la llama en derredor del tronco ardiente
por besar a otra llama se desliza.
Y hasta el sauce, inclinándose a su peso,
al río que le besa, vuelve un beso. "



Gustavo Adolfo Bécquer. "Rimas, narraciones y leyendas"

27 septiembre 2006

Cóndor y cronopio

Un cóndor cae como un rayo sobre un cronopio que pasa por Tinogasta, lo acorrala contra una pared de granito, y dice con gran petulencia, a saber:
Cóndor. -Atrévete a afirmar que no soy hermoso.
Cronopio. -Usted es el pájaro mas hermoso que he visto nunca.
Cóndor. -Más todabía.
Cronopio. -Usted es mas hermoso que el ave del paraíso.
Cóndor. -Atrévete a decir que no vuelo alto.
Cronopio. -Usted vuela a alturas vertiginosas, y es por completo supersónico y estratosférico.
Cóndor. -Atrevete a decir que huelo mal.
Cronopio. -Usted huele mejor que un litro entero de colonia Jean-Marie Farina.
Cóndor. -Mierda de tipo. No deja ni un claro donde sacudirle un picotazo.


Julio Cortazar. "Historias de cronopios y famas".

Historia

Un cronopio pequeñito buscaba la llave de la puerta de calle en la mesa de luz, la mesa de luz en el dormitorio, el dormitorio en la casa, la casa en la calle. Aquí se detenía el cronopio, pues para salir a la calle precisaba la llave de la puerta.


Julio Cortazar. "Historias de cronopios y famas"

25 septiembre 2006

Imagen tierna


Imagen tierna, y sosiego.
La sombra de un sueño,
de un sauce y de un beso.
Dos piernas, un pliego.
Una luna de madrugada,
el sol y su blanca mirada.

Negro brillante, suave.
Un libro de hojas lacias,
inclinadas al viento.
De norte a sur se desliza,
en el pómulo, a la izquierda
y rozando su beso.

Como el mar tranquilo.
Transparente delante,
su fondo un cardumen.
Ceñidos, quietos, netos.
En puntas sobre el hueso,
preciosos en resumen.

Suelta, inquieta, tímida.
Descansado su inferior,
arriba un puente colgante.
Abertura oscilante,
suspiro lento de amor,
un empalago, un ardor.

Corteza de savia morena,
tallo al despejado cielo,
conversan miel y obrera.
Vértigo sincero, ordenado
desde la tierra hasta su techo.
Un horizonte troquelado.

Se posa sobre su nube
el pájaro pensativo,
que con su recitativo
revolotea la mirada.

El canto se desliza
en continua cascada,
y deja en la única terna
aquella imagen tierna.


...a PRG

24 septiembre 2006

Reflejos

La pasividad y su nana
burbujas a montones,
borbotones de colores.
Calmantes, solanas.

Carretes de siseos
y cientos de manteles.
Se mueven, se distienden,
las brisas y un fraseo.

Rojos incesantes que adormecen
verdes almirantes que estremecen
cielos colgantes que se mecen
luces inquietantes que amanecen.

Y un lerdo oleaje, sobrio.
Serio y punzante movimiento,
desnudo movimiento de ropaje,
Sutil líquido de cimientos.

Saltos, arcos y brillo.
Lejos, apegado, invadido.
Altos, mantas y cantos.
Hilos, rizos, doradillos.

Rojos durmientes que no cesan
verdes estremecedores almirantes
cielos mecedores que descuelgan
luces de amaneceres que te aquietan.

19 septiembre 2006

Cuento bibliográfico

No hubo ninguna vez. Ninguna que yo recuerde o me recordasen mis padres. Ahora no tanto, pero siempre hay reminiscencias, los recuerdos, en definitiva son para recordarlos, y de su repetición dependen.
No hubo ninguna vez en la que, un sonido no halla sobre excitado la cóclea. En este caso particular nunca. Desde aquella vez que asomé, cada llamado fue distinguido por distintos tonos, cada uno tenía su significado. Todas las mujeres eran mama” y según mi punto de vista aquellas de tamaño grande eran “mama”, en cambio las mas pequeñas eran “mama”. Por ejemplo, “mama, mama” quería decir algo así como avisarle a mi madre algo sobre mi hermana. De a poco el entorno se fue adaptando, entendiendo y agudizando su percepción auditiva, ya que cada una tenía su tono, y no debía haber lugar a la confusión.
No hubo ninguna vez en la que mis actos no tuviesen destinos musicales. Así como un niño corre tras una pelota, algunos se dejan correr por sus mascotas u otros ni siquiera corren, porque el televisor no se mueve, quien les habla podía realizar esta acción y todas sus consecuencias, con una única constante: la música.
En épocas preescolares, en el Parque Centenario los domingos solían realizarse musicales. Había que estar allí para correr, jugar, andar en bicicleta, pero indudablemente el plato fuerte de la jornada era pasarse una hora sentados en aquellas sillas, prestando y dejándose llamar la atención por lo que ocurría en el escenario. El advenimiento de la primaria, trajo consigo la flauta dulce, que de tal no tenía nada para mi familia, pues escucharla una, dos, tres veces no tenía problema, pero escucharla una y mil veces resultaba incómodo.
No hubo ninguna vez en la que mis actos y mis palabras no tuviesen, sin darse cuenta, un fin musical. Cuando tuve que decidirme por una actividad entre dos a realizar los sábados, ni lo dudé. Era o, seguir en la escuelita de fútbol o, inscribirme en la actividad del grupo de exploradores que había en el colegio.
La secundaria trajo grandes cambios. Por un lado en un colegio técnico no existen las materias artísticas, ya que técnica y arte parecieran ser antónimos en nuestra educación. Por otro, coincidió con el cambio de la flauta dulce a la trompeta ruidosa. ¿Como?, en el grupo de exploradores había una banda, no de guitarras y bajos, sino de instrumentos de viento. Un lugar donde aprendías de cero y te ibas metiendo de a poco hasta ser parte de la misma.
Claro que en este caso la trompeta ruidosa, era tal para mi familia. Nada agradable cuando se emiten los primeros sonidos y se intentan las primeras melodías. Menos aún cuando se ensayan los ejercicios y las partes.
Por último fue el mismo año que ingresé al Conservatorio de Música, actividad que quedó trunca debido al tiempo que insumía el colegio. En definitiva, no solo no había materias artísticas, sino que tampoco dejaba espacio para buscarlas. Así y todo, la Banda me dio el espacio para crecer, a los tumbos, a pura intuición, pero me lo dio.
Alguien se preguntará cuanto tarde en aguantar en ese colegio. Pues seis años, todos, ya que mi intención luego del Titulo de Técnico en Computación, era Ingeniería en Sistemas, siguiendo los pasos de mí hermana.
No hubo ninguna vez en la que mis actos, mis palabras y mis decisiones no determinaran mi futuro, y quizá también el de los demás. El acercamiento del fin de la obligatoriedad estudiantil, me hizo pensar aún más. Solo, interesaba la música y entonces me pregunté ¿Cómo puedo de la misma manera conjugar, mis intenciones secundarias, mis intereses artísticos y que todo eso sea de carácter universitario? ¿Cómo evitar la fastidiosa pregunta de ¿y que mas?, inmediatamente después de comentar de que continuaría mis estudios en el Conservatorio luego del colegio? Y que mas, que! Era mi respuesta. Justamente, como para que no abunden las coincidencias, una compañera más grande de la Banda, estudiaba una carrera en donde coincidían las computadoras, el teatro, el cine, la orquesta, la composición, el sonido. Parecía el combo perfecto de un Mc Donal´s universitario.
La entrega de títulos en la escuela técnica, coincidió con la entrega simbólica de la batuta en la Banda. No era para menos, pero con tan sólo diecinueve años recién cumplidos, era el encargado de llevar adelante la actividad que me enseñó. Aquello me dio otras perspectivas, me maduró de golpe, en todos los sentidos. Muchas de las decisiones fueron erradas, otras acertadas, muchas fueron personales, otras en función de los demás, muchas fueron tristes, otras alegres. Alcancé mi mayoría de edad con un vuelco de experiencia, en algunos casos un poco desafortunada, pero que resultó de gran provecho para los tiempos actuales.
Lo que siguió fue una enmarañanda rutina y convivencia de responsabilidades y funciones. Enseñar y al mismo tiempo aprender. El Conservatorio, la Universidad, la Banda, las actividades exploradoriles, algunos trabajos, entre otras tantas. Pero siempre el mismo destino: el arte, la música. Distintas y últimas experiencias compositivas y de dirección, me siguen determinando posibles diferentes rumbos.
La universidad, y la carrera que me detiene en ella, me abrieron la cabeza en otras áreas, me generaron la atención de otras tendencias, y lograron conjugar y atender mis inquietudes post secundaria. Esta vez si, lo técnico y lo artístico tienen unas cuantas letras en común de las cuales surge “Composición con Medios Electroacústicos”, teniendo como prefijo la palabra Licenciatura, un título universitario.
Hasta aquí llega este cuento, simplemente su introducción y alguna que otra punta para el nudo. Colorín, colorado, sin fin, no acabado. A 23 años de asomar por primera vez todavía aprendiendo y creciendo, pero no hubo ninguna vez en la mis actos, palabras y decisiones no hallan sido netamente musicales.

Ejercicio del Taller "Seminario de Expresión, creatividad y escritura" de la Universisdad Nacional de Quilmes.

15 septiembre 2006

Presentación

En este espacio podrás leer todo tipo material. Se aceptan propuestas, envíos y comentarios. Particularmente podrás leer material propio. Poesía y prosa. Me mueve literalemente un poco más lo primero y seguramente será lo de mayor abundancia. Podrás encontrar, con el tiempo, links a otros textos interesantes o citas que valgan la pena ser mencionadas.
Mi nombre es Luis Tomás, nacido en 1982 en la bella ciudad de La Paz (Bolivia). Formado con las costumbres y mayoría de los valores argentinos desde 1984. Podría resumirse que "soy boliviano por sangre y argentino por adopción". Estudiante de música en diferentes áreas, casi siempre del lado
académico. Es muy temprano todabía decir que soy. Quizá dentro de 50 años podrá anteponerse a mi nombre alguna profesión.
Simplemente me debo a toda manifestación artística, siendo la música la principal, la literatura mi contención, el audiovisual o cine mi anhelo y las plásticas mi inicio; no se descarta la apreciación por las demás, sólo que no tengo tanto contacto. El deporte es mi segunda debilidad. Cualquiera sea. Guarda con el arte muchas coincidencias de todo tipo, incluso semiológicas . Deporte, Arte. Palabras que se unen poéticamente.
Campo artístico, campo físico, campo intelectual, campo espiritual, así se forma el ser humano. Los dos primeros ya mencionados antes. Los dos segundos son de tal gran importancia que no puedo dejar de nombrarlos.
Yo tube la posibilidad de conocer al mundo, y ojalá este acto sea recíproco alguna vez.

Luis Tomás