Cdad. Bs As., Buenos Aires, Argentina
Paciente estudiante o inquieto, músico en progreso o en decadencia, escritor amateur o poco profesional, mujeres en receso o en recreo

06 octubre 2009

Cantos a la niñez recuperada

Escondidas

Voy a esconderme
entre las baldosas y las corrientes,
que alternas, me traslucen.
Voy a esconderme
de las sirenas y las casas robadas,
no hay pido, solo solicito.
Voy a esconderme
del anochecer y conmigo,
los juguetes no cambian de sombras.
Voy a esconderme
con las sábanas desplegadas,
en manifestaciones sin traumas.
Voy a esconderme
junto a la timidez en la luna lejana,
de aquella otra cercana galaxia.
Voy a esconderme
como lo hacen los niños,
con el único propósito
de ser encontrado.

// sigue... //

05 octubre 2009

Ojos inquietos

Tuve mi nariz escondida
en la fría mañana de invierno.
Tuve mis ojos inquietos
en la tibia mirada tuya.
Quise romper las vallas
y saltear el cerco,
quise disfrazarme de ángel
y aparecerme en tu sueño.

Tape mis ojos con la almohada
en una noche sin sueño,
ahogándome entre fantasías,
besos y suaves caricias.
Quise tomarte una mano,
y usurparle a las ventiscas
la frescura de la noche.

Cantaban sin resonancia en los albores
del ventanal semi entre abierto,
con silbidos sin melodías.
En las fabriles cantidades,
en las encuestas sonrojadas,
en las cantinas desveladas,
en las ilustres caricaturas, hoy.

Muta de caminante a prisionero
entre envoltorios casi ingenuos,
llenos de fetiches caprichosos
y excusas antifonales,
de feminidades sin espejo.

Arriba, tiempo luego,
al cántico adolescente,
al libertino ensueño del entre labio
del suspiro remendado,
del susurro acobardado,
retomando las hileras
del solsticio de ayer.

a NR

06 junio 2009

Cuando el invierno no es calor

Al frío,

al burdo frío.
Que ría y es más,
que se burle de mis retinas.
Algo es penumbra
en la campiña solada.

Al río y sus muchedumbres
de cánticos y bullicios,
sonajas, bordonas,
migrañas dentro las mareas.

Cabálgame con ardua pisada
retumba mis kilómetros
de fátigas en las mañanas nubladas,
corretéame como los gorriones
con sus migajas de manos avejentadas,
vitoréame entre los acantilados y los cañones
y deja mi cien acorralada de ecos.

Querida noche, lúgubre,
haz tu levata sin avisarme.
No hagas volcar el vaso.

Frío, no abandones tu morada,
que la frazada de mi propio corral
es la fortaleza del calor de mi mirada.

Ando cobijando,
con algodones las manos.
No toques, no toques,
no tosques tu paso.

11 marzo 2009

Vestido de almidón II

Iba contra el viento, sondeando...
las cortinas del filoso cantero.
Iba tras las fotos desveladas,
y no había nada velado entre los árboles.

Componía con su cabello, al galope.
Al trote desde la maraña,
entre fósforos y agua tibia.

Campante como las cortinas
entre salones ovales y bailes,
de cortesía con su floreado vestido.

Catres de almidón, canteros...
que están abolidos, indefensos,
cantores de la histeria del libreto.

Espigas cansinas de la fatiga niña,
de la camiseta sin cuello,
y las mangas volando en la imaginación.
Precisas medidas de cintura,
níngun abrazo infortuito,
altaneros estudios de campo.

Libra, la balanza sin peso.
Libra tu espada, desenfunda.
Libra tu funda de maldad,
destapa el tambor,
reposa tu palma abierta
y aprieta fuerte, mentón.
Libera fuego y dame un poco,
de ese vestido de almidón.

04 marzo 2009

Bipolaridad I

¿Por qué los caminos mas importantes son doble vía, y sin embargo no está marcada la línea que separa ambas vías? Si tantos transeúntes dejan sus huellas cuando van, que los hará pisarlas cuando vuelven. Que será lo que hace que haga que tenga que tener lo que no tengo porque saber como hacer. Es decir, si pudiera hacerme a un lado, por qué también no puedo hacerme en algún lado. Es decir, si los caminos son de ida y vuelta, ¿no deberían los lados también ser accesibles desde cualquier perspectiva?
Temo cuando la indiferencia supera los motivos que la producen. Temo cuando se me genera una oposición a los mecanismos. Es decir, los mecanismos que generan magnificencias nunca generan oposición, a lo sumo generan comparativas. Pero los mecanismos contiguos, paralelos, los mecanismos de defensa, son aquellos consecuentes de evitar toda magnificencia. A los de defensa es a los que me refiero y a los que temo. Es decir, estos mecanismos suelen ser muy consistentes y determinan con el tiempo ciertos patrones de comportamiento. Cuando algo no me sirve, lo paso por alto. Cuando alguien no me estimula, lo ignoro. Ahora bien, ¿que pasa cuando algo que no me sirve o alguien que no me estimula, no puedo pasar por alto o ignorar?. Es a esta fuerza de confrontación, a la oposición que genera algo o alguien contra los mecanismos de defensa a lo que temo, o a lo que todos tememos quizás.
Identifico que hay personas más o menos hostiles y personas más o menos fuertes, así como también condescendientes y débiles. En todos los casos, los mecanismos de defensa tienen que ver con su condición. Y en todos los casos, cuando algo confronta estos mecanismos puede considerarse de dos formas. Una, algo terriblemente malo, catastrófico, negativo. Lo que resiste a todos los mecanismos de defensa debe ser eliminado. Otra, algo sobrenatural, genial, supra sensual e inteligente. Lo que sobrevive a todos los mecanismos de defensa deber ser considerado como magníficamente bello. O se olvida, se enemiga, se odia y se obtiene rencor. O se integra, se toma, se ama y se obtiene gratitud.
Cuando supera los límites no tiene punto intermedio. Simplemente tiene lados, idas o vueltas. La bipolaridad es la característica sobresaliente. ¿Que hacen a los caminos interminables si se los conecta con otros?. Ya no puedo seguir preguntándome respuestas.

23 febrero 2009

Vestido de almidón I

Se que la tibia sábana
es macana en la caricia
del estado altanero
sobre cientos de cadúmenes.

Se que tibiamente se somete
las presiones del talón
a los estruendos de abolidos,
estrujados, re esculpidos.

Antes del fetiche, actuaciones,
tributos al salchichón campesino
que recompensa en el portal
del rancho infame y casto.

Labra la vela, la habrá clavado.
Estupidez en cantidades
con salpicones sustentables
amputados por su canción.

Cactus del desierto sin arena,
tapiz, cobertizo sin telón.
Aire almidonado en cunas,
dame tu vestido, minutas.

14 febrero 2009

Intermezzo Ficticio

Subtitulo: "14 de Febrero"

Antes cuando recordaba, sonreía,
ahora, a veces se filtran sollozos.
Antes cuando no estaba,
no creía, no me importaba el tema.
Luego, creí haber superado eso.
Ahora, vuelvo al tardío anterior.

Tengo un monton de juguetes en el pórtico.
Conozco niños en el barrio que no juegan.
Perdí los manuales de instrucciones.
Pero ellos saben usarlos aunque no los tengan.
Perdí la inventiva, es que la invertí.
La dejé en manos ajenas.

Antes, cuando hablaba era tímido.
Ahora, soy un tímido sin conciencia,
un extrovertido sin razones.

Ahora, conozco el sabor de la sal.
Antes, eran meras teorías.
Ahora, la impotencia es su vía.

En el verde de la oscuridad,
los enanos no son mas que espías
con binoculares y yo un campesino,
para quien el verde oscuro no existe.

Los árboles han visto mucho,
pero sus ramas parecen haber caído.

Antes, mis manos tenían usos múltiples.
Luego, mis manos fueron potenciadas.
Ahora, mis manos sufrieron una inflación.

Antes, yo iba camino a mi egoísmo sano,
Ahora, el egoísmo se llama indeferencia,
la inerencia ante cualquier camino,
la inercia del vacío.

Las mochilas saben a sudor,
cuando en su interior hay papel de diario.
Su peso se iguala a la pluma
y entonces tu alma de la espalda,
sale volando, libre de todo.
Sin embargo, el contorno queda en la piel.

El intermezzo ha caído sin anuciarse,
la sala se vacía, hay tragos afuera,
la orquesta toca, las bailarinas se van,
los cantantes hacen sociales, las luces bajan.
El próximo acto no ha sido anunciado pero,
la gente afuera espera como si sucediera en pocos minutos.

Se renuevan los abonos todos los años,
en la puerta del teatro bailan los clientes.
Todos sonríen, todas coquetean.
Aún así, yo no se lo que busco.

Pero yo se que encontrarlo es como buscar
un respiro en el cosmos.
Lo encontré, es que no se como ni donde lo dejé.
Debo haber perdido
el hilo, el ovillo, de la vida.