Vestido de almidón II
Iba contra el viento, sondeando...
las cortinas del filoso cantero.
Iba tras las fotos desveladas,
y no había nada velado entre los árboles.
Componía con su cabello, al galope.
Al trote desde la maraña,
entre fósforos y agua tibia.
Campante como las cortinas
entre salones ovales y bailes,
de cortesía con su floreado vestido.
Catres de almidón, canteros...
que están abolidos, indefensos,
cantores de la histeria del libreto.
Espigas cansinas de la fatiga niña,
de la camiseta sin cuello,
y las mangas volando en la imaginación.
Precisas medidas de cintura,
níngun abrazo infortuito,
altaneros estudios de campo.
Libra, la balanza sin peso.
Libra tu espada, desenfunda.
Libra tu funda de maldad,
destapa el tambor,
reposa tu palma abierta
y aprieta fuerte, mentón.
Libera fuego y dame un poco,
de ese vestido de almidón.
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