Cdad. Bs As., Buenos Aires, Argentina
Paciente estudiante o inquieto, músico en progreso o en decadencia, escritor amateur o poco profesional, mujeres en receso o en recreo

22 agosto 2007

¡¡¡Un feriado a las nueve de la mañana!!!

Comienzo la sección "Cosas de la vida personal" con cuestiones sucedidas últimamente. Y quizás sea un poco burda esta sección, pero al fin de cuentas, en la vida real se encuentra muchas historias dignas de ser contadas. En este espacio, muy seguramente, agregaré esas cuestiones tragicómica que suceden y melodramáticas. Por supuesto que evitaremos entrar en los detalles que sean sobre cuestiones puramente íntimas. Esto no se trata de hacer un reality show, como sucede en muchos fotologs o blogs, simplemente traducir de una manera lo más poética posible, situaciones cotidianas.

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Un lunes por la mañana, feriado, temprano. En un banco de plaza esperando. Una hora y media más tarde, aparece.
Posibilidades: 1. a la media hora tranquilamente podría haberme ido. 2. Tirarse a dormir y esperar por una aparición mágica.
Resolución: 2.
Aparece y me asusta.
Posibilidades: 1. reaccionar mal, con la sumatoria del tiempo esperado, y asestar una tremenda trompada. 2. Hacerse el ofendido, pero que no pasó nada.
Resolución: 2.
-Vamos a buscar un lugar con sol.
"Bueno", digo yo, con cara de dormido.
Llega y se sienta en un banco donde el único sol es el que se filtra por las tupidas hojas de encima del árbol de al lado.
Entonces despierto totalmente y le digo (con tono de "¿vos sos tont...?") : ¿A vos te parece de que aca hay sol?.
Posibilidades: 1. que me diga: pero "dejate de joder". 2. "Bueeeeeeno, nos sentamos ahi" (ahi es dos metros mas, donde hay solcito).
Resolución: 2.
Charlamos, tomamos mates, nos reimos mucho. Demasiado. Fue sentir todas aquellas cosas que, por un parte tenía plena confianza de que no se perderían, pero por otra parte tenía miedo de no poder disfrutarlas más.
Mi enojo inicial (a ese enojo se suman muchas otras cosas previas), se fue en pocos segundos. Cuando "no" me di cuenta, estaba sonriendo, como si hubiera perdonado absolutamente todo.
Las posiciones eran: un mate, mochilas, termo, camperas. A un lado, "la persona" mirando en dirección hacia mi. Al otro lado, yo, mirando en dirección perpendicular a la otra persona. O sea, actitud de cero integración (de parte mía), y actitud de intento de integración (de parte de la otra persona).
Posibilidades: 1. seguir en la misma actitud. 2. que la otra persona busque otras formas para que mi actitud cambie. 3. cambiar de actitud.
Resolución: 2.
Evidentemente, no se si por inquietud o por que, pero dicha persona se para y comienza a caminar de un lado para el otro, haciendome de parabrisas a mi mirada. Al cabo de un tiempo, me recuesto (me tiro para atras), me pongo mi gorro de nariz tapando mi cabeza. Comienzo a hacer payasadas, o sea, moldeo el gorro como hocico de perro y comienzo a emitir ruidos perrunos.
Posibilidades: 1. la otra persona (a la cual no veo), piensa y dice por dentro "que idiota". 2. la otra persona se muere de risa.
Resolución: 2.
Mientras tanto, quien caminaba como parabrisas, ahora lo hace centrifugamente. O sea, camina en circulos, teniendo como eje a mi. Me rodea. Como los perros cuando marcan territorio, o no se.
Mientra sigo de payasada en payasada y riéndonos de cualquier cosa. Y comienza el ritual de cantos al aire. La gente pasa, esboza una sonrisa de reojo (lease "están locos", o "que linda juventud"), se sorprende y sigue. Nos es cuestión de llamar la atención. A ninguno de los dos le interesa eso. Pero sale naturalmente. Más adelante un ejemplo muy concreto sobre esto.
La mañana se pasa, hablando de cualquier cosa, de la vida, de irrealidades, de cosas serias, haciendo chistes, haciendo caras, haciendo todo lo que sabemos hacer. Ba, excepto una cosa, pero no viene al caso.
Entre toda esas cosas, jugando con las hoja secas, las ramas y demases. Tengo una atracción en el hecho de arrojarle objetos, sobre todo de esos diminutos que se desarman en el aire, como conjuntos de pastos, conjuntos de hojita, conjuntos de ramitas. A la otra persona no le molesta, pero si, se hace la que si. Pone caritas y usa eso "nooo", mezcla de pregunta, de queja de nene, de ufa. Que lastimas que las caritas sean tan díficiles de describir. Pero sino perdería la magia (algún día describiré las caritas, porque son únicas, y siempre fueron las mismas desde que nos conocemos).
Posibilidades: 1. decirme "para...!". 2. no hacer nada y quejarse, aunque dejándose.
Resolución: 2.
En un momento, decido taparme la cara con mi campera (el sol me molesta). Pero la otra persona aprovecha para descargarme (sin que me de cuenta), toda la mezcla de ramitas, hojitas y piedritas sobre mi ser, que había recolectado en la tapa de su termo y estaba cocinando (esta última ya es la fantasía realista).
Al darme cuenta (después de largo tiempo),
Posibilidades: 1. Sumar esto al enojo acumulado inicial (el cual se me había discipado). 2. Hacerme el enojado pero no enojarme, reirme e intentar devolverle la travesura.
Resolución: 2. (a medias, no me animé a devolverle la travesura por completo y con énfasis)
Llegando al fin.
El mediodía ya es demasiado notorio, son pasadas la 1 de la tarde. Tenemos que hacer cosas, pero el día esta hermoso, el momento es muy divertido, no da para irse. Peeero, la otra persona dice "¿vamos?, tengo que hacer bla bla y bla y bla". Yo también tengo que hacer tanto, pero muy inconciente quiero alargar el momento. Me quedo tirado aún, haciéndome el sonzo. Pero insiste.
Posibilidades: 1. Quejarme, discutir. 2. Ceder y conceder el deseo.
Resolución: 2.
El camino de regreso invita a patear piedritas, algo que me siento orgulloso de haberle inculcado. Y me acompaña, asi que el nene (yo), re contento. Las piedras se caen, pues la otra persona finalmente por su tosquedad, tira las pelotitas piedras a las alcantarillas o huecos imposibles. Entonces, cantar es lo que siempre hicimos, juntos. Y eso precisamente sucede.
Lo increible y más lindo, es que, no nos damos cuenta de cuanto no compenetramos, y lo hacemos fuerte. Lo más lindo es que de pronto una abuelita con su nieta, que camina mas lento, al pasar al lado de ellas, nos mira con cara sonriente de abuela y expresa su alegría ante tal suceso que ambos llevamos a cabo. "Así tiene que ser la juventud, alegre, sonriente, cantando. Que lindos se los ve" (con tono de abuela y en dirección a la nena). La nena se ríe también, pues, le resulta familiar nuestra actitud. Por supuesto, es una actitud típica de su edad, pero para nada típica de la nuestra!.
Aquí no hay posibilidades ni solución. Simplemente una conclusión. Hay cosas que simplemente se logran de a dos. Hay cosas que son únicas. En soledad, por supuesto que se logran también, pero en compañía se potencian y adquieren mejor forma. Son cosas maravillosas. La solución, habrán notado, siempre fue la 2., y en consonancia, siempre de a dos.
Para terminar, nos despedimos. Yo, timido, deseo decir algo mas que chau, pero veo como se va caminando. Cuando está a 10 metros grito: "heyyyy!"... Se da vuelta...
Posibilidades: 1. Mover la mano como saludando y seguir su camino. 2. Darse vuelta y volver corriendo.

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